
La mayoría de las personas pueden comer una gran variedad de alimentos sin que ninguno de ellos les ocasiona problema. Sin embargo, existen otras personas -se estima que entre un 2% - 7% de la población- que deben evitar la ingesta de determinados alimentos debido a que sufren algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria. Para estas personas, comer un determinado alimento o incluso un componente del mismo puede llegar a ocasionarles desde pequeñas reacciones cutáneas hasta ataques anafilácticos, provocándoles graves secuelas en su organismo.
Debido al crecimiento exponencial de las personas que padecen algún tipo de alergia o intolerancia, las autoridades sanitarias empiezan a tener conciencia sobre esta problemática. A modo de ejemplo, las autoridades sanitarias de la Unión Europea están implantando políticas obligatorias para las empresas agroalimentarias, relacionadas con el etiquetado de productos envasados, frescos o semilaborados, con el objetivo de ofrecer información al consumidor sobre los ingredientes que contiene el producto.
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